9 ene 2012

La Vicuña

La vicuña (Vicugna vicugna), —del quechua wik'uña— es una especie de mamífero artiodáctilo de la familia de los camélidos propia de Sudamérica que vive en el altiplano andino, en los actuales territorios del sur del Perú, parte de Bolivia, Andes de Ecuador, norte de Chile y noroeste de Argentina. La principal población de este camélido, se encuentra en el Perú. La alpaca es la vicuña domesticada.

Contenido

Características

Las vicuñas son los camélidos más pequeños, pesan entre 40 y 50 kg y tienen una longitud de 80 cm. Son silvestres. Su color es beige o vicuña (marrón claro rojizo) en el lomo y blanco en la zona ventral y las patas, con variaciones dependiendo de las zonas geográficas donde habitan. Las poblaciones norteñas son más oscuras y tienen un mechón en la parte delantera de pelos largos y blancos (mechón pectoral). Las vicuñas tienen las patas con almohadillas y la fibra de su lana es la más fina del mundo, midiendo 15 micrones de diámetro.

Ecología

Su distribución se limita a la puna, a más de 3200 msnm. Las vicuñas habitan las altiplanicies de clima frío y seco. Son herbívoras y se alimentan de las plantas de la estepa puneña. Otros animales que también se alimentan en estas estepas son los ñandúes, la vizcacha, la chinchilla y otros camélidos (guanacos, llamas y alpacas). Las vicuñas están muy adaptadas al ambiente donde viven, ya que son los herbívoros silvestres nativos del continente americano más importantes en ese ecosistema. Por su forma de alimentarse se les ha denominado “pastoreadores de bajo impacto”, lo que significa la posibilidad de rápida recuperación de las pasturas. A diferencia de los camellos, las vicuñas son “bebedoras obligadas”, en todos los días, por lo que generalmente viven cerca de los ríos o de lagunas.

Organización social de las vicuñas


Vicuña en las faldas del Chimborazo en Ecuador

Un ejemplar de vicuña en un zoológico.
Las vicuñas son territoriales y su organización social se basa en grupos familiares y grupos de animales solteros cuya distribución es muy variable siendo comunes las fusiones y fisiones de los mismos. El número medio de animales por grupo familiar es de un macho, tres a cuatro hembras y dos crías. La cantidad de vicuñas en las familias es muy similar en distintas poblaciones, inclusive en distintos países. Los machos defienden su territorio con peleas.
Al igual que los guanacos, la organización social de las vicuñas está basada en grupos familiares y tropas de solteros, pero a diferencia de aquellos, las vicuñas son más sedentarias, su organización es más rígida y se mantiene todo el año.
Los grupos familiares están formados por un macho, tres o cuatro hembras y, más o menos dos crías. Estas familias ocupan territorios bastante fijos donde tienen revolcaderos en los que empolvan su particular fibra generando así un colchón de aire que la vuelve más aislante y evitando el afieltramiento (apelmazamiento) de la fibra.
En los límites de los territorios que ocupa cada familia hay varios bosteaderos (acumulación de heces de vicuña), que sumados a la presencia de un macho territorial son una señal que aleja a los intrusos. Estas señales tienen distinto significado si se dan juntas (macho + bosteadero) que si aparecen separadas, veamos:
  • Si un macho soltero ve un bosteadero solo, se acerca lo huele: no hay machos por ahí.
  • Si hay un macho pero no hay un bosteadero en la zona, , significa que éste no es su territorio.
  • Pero, si hay un macho y un bosteadero juntos, los otros machos huyen.
La defensa de las hembras y del territorio por parte de los machos se da tanto individualmente manteniéndose alertas y patrullando su territorio, o a través de comportamientos agresivos directos con peleas. Los bosteaderos son también una señal para la reproducción.
A través de ellos los machos reconocen si en su territorio hay hembras en celo (receptivas para copular), ya que el orín de estas hembras tiene un olor muy particular. En estos casos, luego de oler el bosteadero, los machos desarrollan un comportamiento que, a ojos humanos, resulta muy gracioso: dirigen la cabeza hacia arriba, y abren y cierran la boca varias veces. Esta conducta se denomina en inglés Reflejo de Flehmen, por el cual envían las feromonas al órgano de Jacobson.
Las hembras de vicuña que viven en los territorios familiares se la pasan comiendo la mayor parte del tiempo. Las madres quedan preñadas nuevamente la semana del parto, entonces mantienen dos crías simultáneamente ya que por un lado tienen una cría gestándose en sus panzas durante 11 meses y por el otro, la ya nacida, continúa amamantándose durante casi 8 meses.
Estas hembras están todo el tiempo transformando la energía del pasto en leche para las crías ya nacidas en alimento y nutrientes, para las que están en gestación y para su propio mantenimiento y actividad.

Adaptación y supervivencia de las vicuñas


Vicuñas camino a Geysers El Tatio. San Pedro de Atacama, Chile.

Vicuña en el norte de Chile.
Son notables las adaptaciones de las vicuñas (del resto de los camélidos también) a las condiciones de la Puna. Esto es consecuencia del proceso de evolución de los animales en su medio y de la coevolución de los camélidos y la estepa. Estas adaptaciones incluyen aspectos que preservan al medio en que viven, como las almohadillas en que terminan sus patas, que no erosionan demasiado el suelo del altiplano. Por otro lado, estos seres vivos de la puna forman parte de un ecosistema en equilibrio dinámico en el que unos sirven de alimento a otros.

Ciclos y flujos

Los animales en la naturaleza, comen y son comidos. A las plantas se las llaman seres productores o autótrofos porque fabrican su propio alimento (a través del proceso de fotosíntesis) utilizando como materias primas el agua, las sales minerales del suelo, el sol y el dióxido de carbono del aire. En este proceso, además de generar materia orgánica, se libera oxígeno. A su vez todo ser vivo que muere o las partes que quedan en la tierra entran en proceso de descomposición que realizan seres denominados descomponedores encargados de reciclar la materia.
El sol permanentemente está enviando energía en forma de luz y calor, gran parte de ésta se utiliza para mantener la temperatura en rangos compatibles con la vida y en activar el ciclo del agua en la Tierra. Menos del 1% es aprovechada por los vegetales en el proceso de fotosíntesis. La Tierra irradia parte de este calor al espacio. Estas características de la energía (que siempre sale del sol) hacen que se denomine flujo, ya que es abierta. Por el contrario, la materia en la Tierra se recicla y, por tanto, se la denomina ciclo.
En ecología se hacen modelos sobre las interacciones de los seres vivos. Un modelo muy importante es la denominada trama trófica, ya que explica el ciclo de la materia y el flujo de la energía en ecosistemas naturales.
Los sistemas prepuneño, puneño y altoandinos comparten ciertas características de flora y fauna con variaciones de densidad y presencia de especies. Estos sistemas son típicamente estepas y pastizales que poseen pequeños parches más verdes y ricos (vegas o bofedales) en las zonas húmedas y zonas sin vegetación (peladares y salares). Algunas de las especies más características son: la tola, la yareta, el ichu y otros pastos.
Estos sistemas, de baja biomasa de vegetales, sostienen varias especies de herbívoros entre los cuales se encuentran los camélidos silvestres, vicuñas y guanacos y los camélidos domésticos, llamas y alpacas. Otras especies silvestres que pastorean en la Puna, son los suris o ñandúes, las vizcachas, los cuyes (Cavia), los armadillos, peludos o mulitas, los búhos, los topos. También estas estepas son el recurso base para la ganadería de camélidos domésticos, ovinos, caprinos, mulares y vacunos. Dentro de los predadores naturales los zorros y pumas son muy perseguidos, pero en realidad son las jaurías de perros asilvestrados, quienes realmente general las matanzas más notorias de ganado. Las carcasas que los predadores dejan, son el alimento del necrófago más grande de la zona: el cóndor.

Protección de las vicuñas

Los pobladores de la Puna aseguran que las vicuñas tienen dueño: ellas son el ganado de la Pachamama, la madre tierra, y tienen su propio pastor, Coquena. La fibra (lana) de la vicuña fue valorada desde tiempos preincaicos. Las prácticas indígenas tenían cierto límite en su uso basadas sobre todo en sus limitados medios de caza. La caza se intensificó a partir de la introducción de las armas de fuego por los conquistadores. Antes su población pudo ser de hasta de 3 millones de cabezas pero tras siglos de caza cayó dramáticamente.[2] Esta caza indiscriminada siguió intensificándose desde la época de las luchas por la Independencia y Simón Bolívar dictó una de las primeras leyes conservacionistas de América. Desde la independencia hasta aproximadamente 1950 se siguió cazando vicuñas sin límite ni control hasta que la especie estuvo en real peligro de extinción y sólo quedaron 10.000 ejemplares en toda la puna de los cuatro países en donde viven.
Con las vicuñas en peligro de extinción, en el Perú se empezó a trabajar seriamente para su recuperación y conservación. Se crearon leyes nacionales, provinciales e internacionales.
Existen en el mundo instituciones dedicadas a la conservación del ambiente, como por ejemplo, Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, Ciencia y la Cultura) y PNUMA (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente).
Entre las organizaciones privadas, la más importante a nivel internacional es la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza). La UICN es la encargada de escribir los famosos “libros rojos” donde figuran las especies en peligro de extinción. En ellos las especies se encuentran clasificadas en categorías como: “raras”, “en extinción”, “vulnerables”, “sin peligro”, etc., según su mayor o menor grado de riesgo.
En el último Libro Rojo, las vicuñas quedaron clasificadas como de bajo riesgo pero dependientes de la conservación. Esto es lo que significa la sigla LRcd (del inglés: Lower Risk: conservation dependent). Es decir que la vicuña no corre riesgo gracias a que está protegida. Si esta protección cesara, el grupo pasaría a estar en una categoría de peligro de extinción antes de los cinco años.
La amplia información disponible actualmente sobre el peligro de extinción de muchas especies hace evidente la necesidad de protegerlas y controlar el comercio internacional de aquellas especies amenazadas. Para ello existe el CITES (Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres), que es un acuerdo internacional concertado entre aproximadamente 150 países, el cual tiene por finalidad clasificar a las especies en apéndices de manera tal que el comercio internacional de animales y plantas silvestres no constituya una amenaza para las mismas.
Otra organización sumamente importante es la red TRAFFIC (Trade Records Analysis of Flora & Fauna in Comerce), que es un organismo que, manejando información sobre el tráfico de animales y su clasificación de CITES, realiza operativos en las aduanas, entrena a empleados de las mismas, y “decomisa” animales o sub productos que se están tratando de contrabandear para ser vendidos en otros países.

Convenio para la conservación y manejo de la vicuña (extracto)

Los Gobiernos de las repúblicas de Bolivia, Chile, Ecuador y Perú, animados del propósito de continuar fomentando la conservación y el manejo de la vicuña y en consideración a la experiencia recogida en la ejecución del Convenio para la Conservación de la Vicuña suscrito en La Paz el 16 de agosto de 1969, resuelven celebrar un nuevo Convenio para la Conservación y Manejo de la Vicuña en los siguientes términos:
  1. Los gobiernos signatarios convienen en que la conservación de la vicuña constituye una alternativa de producción económica en beneficio del poblador andino y se comprometen a su aprovechamiento gradual bajo estricto control del Estado, aplicando las técnicas para el manejo de la fauna silvestre que determinen sus organismos oficiales competentes.
  2. Los gobiernos signatarios prohíben la caza y la comercialización ilegales de la vicuña, sus productos y derivados en el territorio de su respectivos países.
  3. Los gobiernos signatarios prohíben la comercialización interna y externa de la vicuña, sus productos al estado natural y las manufacturas de éstos hasta el 31 de diciembre de 1989. Si alguna de las partes alcanzara un nivel de poblaciones de vicuña cuyo manejo permitiere la producción de carne, vísceras y huesos, así como la transformación de cueros y fibras de telas, podrá comercializarlos bajo estricto control del Estado. La comercialización de cueros transformados y de telas se hará utilizando marcas y tramas internacionales reconocibles, registradas o patentadas, previa coordinación con las partes a través de la Comisión Técnico Administradora del presente Convenio y en coordinación con la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas en Flora y Fauna Silvestres (Washington, 1973).
  4. Los gobiernos signatarios prohíben la exportación de vicuñas fértiles, semen u otro material de reproducción, con excepción de aquellas destinadas a alguno de los países miembros para fines de investigación o redoblamiento.
  5. Los gobiernos signatarios se comprometen a mantener y desarrollar los parques y reservas nacionales y otras áreas protegidas con poblaciones de vicuñas y a ampliar las áreas de repoblamiento bajo manejo en su forma silvestre prioritariamente y siempre bajo control del Estado (…).

Los camélidos sudamericanos extrandinos

Hasta 1980 existían muy pequeñas poblaciones de camélidos sudamericanos extrandinos, la mayoría de los animales en zoológicos, circos y en algunos pocos establecimientos ganaderos. A partir de 1980 se inicia la exportación de llamas y alpacas a Estados Unidos de Norteamérica, Canadá, Australia, Nueva Zelanda, etc. Si bien al inicio de estas exportaciones estas especies eran utilizadas como mascotas, y actualmente dentro de un esquema de comercialización de reproductores selectos (que algunos consideran una pirámide comercial), en un futuro esta producción extrandina podría estar dirigida a la producción de fibra para uso industrial y artesanal.
Más grave, para los intereses de los pobladores altoandinos, es que en los Estados Unidos existe un movimiento de crianza de paco-vicuñas (cruce de alpaca y vicuña) con el objetivo de crear una raza nueva de mejor fibra que la alpaca y más rendimiento de peso en el vellón esquilado que la vicuña original. Todo esto sin contar con las autorizaciones o licencias de CITES.
Para analizar la magnitud de este fenómeno se puede acceder a las cifras oficiales de la Asociación de Criadores y Propietarios de Llamas y Alpacas de Estados Unidos de Norteamérica (AOBA) que en diciembre de 1995 reporta más de 90.000 animales. Esto significa que en 1996 los países que tenían más camélidos eran en el siguiente orden: Perú, Bolivia, Estados Unidos de Norteamérica, Chile y Argentina. Si analizamos una proyección de la población de llamas y alpacas norteamericana exclusivamente, vemos que en el 2030, Estados Unidos de Norteamérica, tendrá más camélidos que Perú. A este dato hay que sumarle los camélidos de otras partes del mundo, como Australia, Israel y unos 2,000 ejemplares exportados a China.
Esta situación supone un riesgo para la “economía pastoril” andina en las poblaciones marginales de la puna de Latinoamérica dedicadas a la ganadería de camélidos como única y principal fuente de ingresos.

El futuro de las vicuñas

Hemos analizado algunas dificultades por las que atraviesa la población de vicuñas en apartados anteriores. Es posible mantener, e incluso aumentar, el número de vicuñas. Para ello es necesario hacer esfuerzos y realizar acciones concretas por distintos grupos como los ganaderos, agricultores, pobladores, políticos, jóvenes y niños. En este bloque se tratará de analizar lo que se está haciendo desde distintos ámbitos e instituciones y lo que se puede hacer a nivel personal.

Diversos tipos de manejo de las vicuñas

Las vicuñas se pueden utilizar de dos maneras principalmente:
  • Silvestres (libres).
Se basa en la captura de vicuñas que viven en libertad. Se utiliza una técnica llamada Chaco de origen ancestral (era la manera de capturar vicuñas por los incas) que consiste en que numerosas personas sostienen unas sogas con cintas de colores armando como barreras que van caminando por la puna y las vicuñas caminan o corren por delante de estas barreras que convergen en una “manga de captura”. Estas mangas son como embudos con aproximadamente 1 km de largo, que se van estrechando y finalizan en un corral de captura y esquila. Los lados de estas mangas están realizados con palos de 2 m de altura que tienen una red por fuera. Estas mangas son, por tanto, desarmables y se pueden llevar a distintas zonas. En el Chaco se necesitan muchas personas y sobre todo mucha coordinación entre ellas para que no se escapen las vicuñas. Una vez capturados los animales, se esquilan algunos (aquellos que tengan fibra de más de 4 cm de largo y no sean crías ni hembras en avanzado estado de gestación), se toman datos biológicos para investigación (muestras de sangre, peso, estado corporal, muestra de heces, etc.) y luego se las libera nuevamente a su hábitat silvestre. En general, en estas prácticas, los beneficios económicos son para las comunidades donde habitan las vicuñas y sobre todo para aquellos que participan de la captura. Esta técnica lleva mucho trabajo en el armado y desarmado de la manga y en la captura de los animales. Las vicuñas viven en condiciones naturales y reciben un gran disturbio en el momento de la captura. Esta forma de utilización de las vicuñas es la única posible en Bolivia, se utiliza en algunas poblaciones de Perú y Chile y en el futuro se realizará en Argentina.
Aquí habría que diferenciar los dos tipos de cautividad en corrales grandes como los “cercos” peruanos de 1.000 ha o en pequeños corrales de aproximadamente 10 ha en Argentina. Aunque algunos autores hablan de “semicautividad“ para los cercos grandes, para evitar confusiones llamamos cautiverio a cualquier clase de manejo que no permita que los animales se muevan libremente.
Tanto los cercos como corrales tienen un alto costo de las instalaciones ya que los alambrados deben tener 2 m de altura.
Cuando los animales están restringidos en sus movimientos, las peleas entre los machos familiares y las tropas de solteros pueden ser muy frecuentes y con un alto nivel de agresividad (en la naturaleza los solteros pueden alejarse muchos kilómetros), por lo que en muchos de estos sistemas se separan los solteros o se los castra. Por otro lado no siempre las zonas donde están los encierros poseen las pasturas necesarias y muchas veces se debe suplementar con alimento y agua a las instalaciones. Estos sistemas disminuyen el esfuerzo de captura de un Chaco tradicional, pero interfieren en la biología de la especie.

Tipos de cautiverio

  1. Corrales (Argentina): este sistema es fomentado por el INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) quien tiene una estación en Abrapampa en donde se obtienen las vicuñas cautivas para iniciar criaderos. En este sistema aquellos que quieren poseer un criadero deben emplazar un corral de entre 10 a 12 ha. El costo del mismo puede ser cubierto a partir de un “préstamo” que realiza una empresa hilandera a la cual se devuelve la inversión con la fibra esquilada de las vicuñas (esto lleva entre 4 a 10 años, dependiendo del número de vicuñas en el corral). El INTA dona una cierta cantidad de animales (12 a 36 vicuñas que incluyen machos castrados no reproductivos) a productores individuales, las crías nacidas en cautiverio se deben devolver al INTA para cubrir la donación inicial. La ganancia económica es para el productor individual que es dueño del corral.
  2. Encierros (Chile): el sistema es muy similar al peruano excepto que los campesinos no se endeudan ya que es el estado chileno quien hace la inversión de la infraestructura. Este factor limita la posibilidad de expansión del sistema.
  3. Cercos (Perú): este sistema fue ampliamente fomentado por CONACS (Consejo Nacional para los Camélidos Sudamericanos) quienes apoyaban la instalación de grandes cercos comunales de aproximadamente 1,000 hectáreas de donde se sacaban los animales domésticos. Con un perímetro de 12 km, los costos de los mismos, aproximadamente 22.000 dólares, se cubrían con un préstamo del Estado al cual se le puede devolver la inversión, o bien en fibra o con animales vivos (valuados en 1.000 dólares c/uno) En estos cercos, se capturan vicuñas también en arreos con numerosas personas de la comunidad.
En todos estos tipos de manejo que incluyen la captura y esquila de animales, es fundamental la utilización de técnicas de sujeción y extracción de la fibra que minimicen las consecuencias de este uso, para los animales en términos de estrés y mortalidad posterior.
Por otro lado, algunos investigadores sostienen que los encierros no son el manejo que el Convenio Internacional de la Vicuña fomenta, ya que en el Artículo 5º, especifica que, “los gobiernos signatarios se comprometen a mantener y desarrollar los parques y reservas nacionales y otras áreas protegidas con poblaciones de vicuñas y a ampliar las áreas de repoblamiento bajo manejo en su forma silvestre prioritariamente y siempre bajo control del Estado (…).

Manejo en los países andinos

En los cuatro países andinos (Perú, Bolivia, Chile y Argentina) donde las poblaciones de vicuñas se han recuperado, comenzaron planes de utilización de las mismas. Todos los planes se basan en la obtención de su fina fibra a partir de la esquila de vicuñas vivas, pero ninguno de los países está libre de los problemas del furtivismo, o sea de la obtención de fibra por los cazadores ilegales a partir de vicuñas muertas.
En Perú las vicuñas están bajo la propiedad y usufructo de las comunidades campesinas a través de los Comités Comunales de la Vicuña (260). En Bolivia las comunidades no tienen la propiedad sino el usufructo exclusivamente y en Chile y Argentina la propiedad de los animales, es del Estado.
En relación a los países, Bolivia es el único país que sólo utiliza a las vicuñas en libertad. El resto de los países tienen uso en cautiverio y en libertad. Hasta el inicio del proyecto MACS en Argentina sólo utilizaban vicuñas en cautiverio.
Estos tipos diversos de manejo tienen sus ventajas y desventajas. Es uno de los objetivos del proyecto MACS estudiarlos en profundidad para poder realizar sugerencias en función de cuáles sean mejores desde el punto de vista de la biodiversidad y de la equidad social.
Las vicuñas están en Perú, protegidas por Ley y se sanciona a quienes de forma furtiva las cazan. Pero existen personas que quieren obtener su fibra de forma ilegal. Por eso existen cazadores furtivos.
Las vicuñas están en Bolivia, protegidas por Ley y se sanciona a quienes de forma furtiva las cazan.

La vicuña y los símbolos patrios peruanos

La vicuña es el símbolo patrio peruano que representa al reino animal o fauna autóctona del Perú y se encuentra representada en el Escudo del Perú.

Comercialización de la fibra de vicuña

Estando prohibida la exportación del Perú de este animal, la comercialización internacional de los textiles elaborados con esta lana es promovida oficialmente así como la exportación de su lana permitida reguladamente.
Siendo excesivamente caro el metro de este textil, escasos son los particulares que pueden darse este lujo que puede llegar a costar, según la calidad del textil, hasta tres mil dólares el metro en el mercado especializado europeo.
Las compradoras son generalmente las grandes firmas de alta costura y prestigio internacional tanto francesas como italianas que elaboran prendas exclusivas de este material, llegando a ser por ejemplo, en el caso de los abrigos confeccionados, la tela de vicuña la parte principal y el forro en visón.
Así mismo, ciertas industrias textiles italianas importan la lana del Perú, la cual es procesada en ese país mezclándola con otras fibras animales.
En Bolivia mediante el Decreto 28593 del 17 de enero del 2006, permite la comercialización de esta fibra como bruta, predescerdada, descerdada, en hilo o tela, en el marco del “Programa de Conservación y Manejo de la Vicuña”.
Para la producción con fines comerciales se debe tener cantidades industriales entre 500 y 1.000 kg, requiriendo contar con el apoyo económico o inversión inicial y la participación de todas la comunidades manejadoras de vicuña.
El kilo de esta fibra puede llegar a costar 500 dólares ya que un abrigo en Europa o Japón hecho de este material cuesta unos 22.000 dólares.

Véase también

Referencias

  1. Wheeler, J.; Kadwell, M., Fernandez, M., Stanley, H. F., Baldi, R., Rosadio, R. & Bruford, M.W. (2001). «Genetic analysis reveals the wild ancestors of the llama and the alpaca». Proceedings of the Royal Society B: Biological Sciences 268 (1485):  pp. 2575–2584. doi:10.1098/rspb.2001.1774. Artúclo completo, Resumen. 
  2. «Untitled Document».

Bibliografía

  • Sahley C.., Torres J., Sánchez J., Cruz A., Umasi M. y Márquez A. 2004. Gestión Ambiental de la vicuña. Arequipa, Perú.
  • Cruz, A. y Sánchez, M. 2010. La vicuña peruana.
  • Cruz, A. 2005. Plan de manejo Multicomunal Picotani. Puno, Perú.


texto extraído de wikipedia a los fines exclusivamente pedagógicos y culturales

Marcha de San Lorenzo

Letra: Carlos Javier Benielli; música: Cayetano. A. Silva.
Febo asoma; ya sus rayos
iluminan el histórico convento;
tras los muros, sordos ruidos
oír se dejan de corceles y de acero.

Monumento conmemorativo del combate en el Campo de la Gloria.
Son las huestes que prepara
San Martín para luchar en San Lorenzo;
el clarín estridente sonó
y a la voz del gran jefe
a la carga ordenó.
Avanza el enemigo
a paso redoblado,
al viento desplegado
su rojo pabellón (bis).
Y nuestros granaderos,
aliados de la gloria,
inscriben en la historia
su página mejor (bis).
Cabral, soldado heroico,
cubriéndose de gloria,
cual precio a la victoria,
su vida rinde, haciéndose inmortal.
Y allí salvó su arrojo,
la libertad naciente
de medio continente.
¡Honor, honor al gran Cabral! (bis).

Combate de San Lorenzo, Provincia de Santa Fe, Argentina

El Combate de San Lorenzo tuvo lugar el 3 de febrero de 1813, junto al Convento de San Carlos Borromeo en la localidad de San Lorenzo de la provincia de Santa Fe (Argentina), entre las fuerzas independentistas rioplatenses (argentinas) y las colonialistas españolas (realistas).

Historia

La ciudad de Montevideo — declarada por España como capital provisional del Virreinato del Río de la Plata — era la principal base naval española en el océano Atlántico Sur; por tierra estaba sitiada por el ejército de José Rondeau, al que luego se sumaría José Gervasio Artigas. De modo que los españoles tenían que hacer uso del mar y del Río de la Plata para abastecerse. Frecuentemente, una escuadrilla realista salía de Montevideo en dirección al Paraná, y sus hombres merodeaban las costas robando los ganados.
Una expedición compuesta de once embarcaciones, que había salido de Montevideo con el propósito indicado, fue seguida paralelamente por tierra por el coronel de caballería José de San Martín, al frente de 125 hombres del Regimiento de Granaderos a Caballo, recientemente creado por él.
Las fuerzas de San Martín se adelantaron, deteniéndose cerca de la posta de San Lorenzo, situada a 26 km al norte del Rosario. En ese lugar existe el convento de San Carlos, donde — tras negociar la situación con el superior de los frailes franciscanos del convento, fray Pedro García — San Martín ocultó a sus granaderos, de modo que la escuadrilla realista no pudo observarlos.
Los realistas desembarcaron y avanzaron hacia el convento, suponiendo que allí estaban depositados los principales bienes de la zona. Para su sorpresa, fueron atacados por los granaderos a caballo sable en mano. El ataque de las tropas argentinas se realizó con un movimiento de pinzas saliendo de la parte trasera del convento, una de ellas —la de la izquierda y la primera en moverse— estaba encabezada por José de San Martín; la otra estaba encabezada por el capitán oriental Justo Germán Bermúdez.
El desembarco no se produjo enfrente del convento, como había previsto San Martín, sino en dirección al centro de la actual ciudad. Por ello, la columna de San Martín llegó antes de que la de Bermúdez completara el movimiento. Por un momento, los españoles lograron defenderse. Una bala hirió al caballo de San Martín, que rodó y apretó una de las piernas del coronel, inmovilizándolo. Un enemigo iba a clavarle la bayoneta, cuando apareció el soldado puntano Juan Bautista Baigorria quien en ese preciso instante se interpuso, mató al soldado realista y comenzó una defensa heroica de San Martín. Mientras, el soldado correntino Juan Bautista Cabral ayudó a San Martín a liberarse de la opresión del lomo del caballo sobre su pierna salvándole la vida. Tanto Bermúdez como Cabral morirían en esa heroica acción, por eso son conmemorados en la Historia Argentina. Existe la creencia de que Baigorria murió en la batalla de San Lorenzo, pero los registros muestran de que sirvió en el ejército de los Andes hasta aproximadamente el año 1818.[1]
La llegada del grupo de Bermúdez, impidiendo que los realistas se reorganizaran en cuadro, completó la victoria de San Martín, obligando a los realistas a huir apresuradamente. Algunos realistas se arrojaron al río desde la barranca y perecieron ahogados. El combate duró, en total, alrededor de 15 minutos.[2]
Este combate constituyó el bautismo de fuego del Regimiento de Granaderos a Caballo.
Pese a lo escaso de las tropas comprometidas, y a la escasa duración de la batalla, ésta tuvo consecuencias estratégicas: no hubo más campañas de los realistas de Montevideo hacia el río Paraná, y la ciudad comenzó a tener problemas de abastecimiento. Éstos llevarían, mucho más tarde, a su caída en manos de las tropas de Buenos Aires.
San Martín se expuso al fuego enemigo hasta el punto de que en este combate casi perdió la vida. Para explicar este hecho, téngase en cuenta que en esa época muchos de los oficiales principales encabezaban los combates para ser ejemplo de sus subordinados, el otro motivo parece haber sido disipar las sospechas que pudieran haber sobre la fidelidad de San Martín: tras décadas de vida en España, aún mantenía acento peninsular, y se sospechaba que fuera un agente realista (proespañol).

Parte de notificación del combate

Parte del combate de San Lorenzo, suscrito por el coronel José de San Martín al superior gobierno.
Exmo Señor. Tengo el honor de decir a V. E. que en el día 3 de febrero los granaderos de mi mando en su primer ensayo han agregado un nuevo triunfo á las armas de la patria. Los enemigos en número de 250 hombres desembarcaron a las 5 y media de la mañana en el puerto de S. Lorenzo, y se dirigieron sin oposición al colegio S. Carlos conforme al plan que tenían meditado en dos divisiones de a 60 hombres cada una, los ataques por derecha e izquierda, hicieron no obstante una esforzada resistencia sostenida por los fuegos de los buques, pero no capaz de contener el intrépido arrojo con que los granaderos cargaron sobre ellos sable en mano: al punto se replegaron en fuga a las bajadas dejando en el campo de batalla 40 muertos, 14 prisioneros de ellos, 12 heridos sin incluir los que se desplomaron, y llevaron consigo, que por los regueros de sangre, que se ven en las barrancas considero mayor número. Dos cañones, 40 fusiles, 4 bayonetas, y una bandera que pongo en manos de V. E. y la arrancó con la vida al abanderado el valiente oficial D. Hipolito Bouchard. De nuestra parte se han perdido 26 hombres, 6 muertos, y los demás heridos, de este número son: el capitán D. Justo Bermúdez, y el teniente Manuel Díaz Vélez, que avanzándose con energía hasta el borde de la barranca cayó este recomendable oficial en manos del enemigo. El valor e intrepidez que han manifestado la oficialidad y tropa de mi mando los hace acreedores a los respetos de la patria, y atenciones de V. E.; cuento entre estos al esforzado y benemérito párroco Dr. Julián Navarro, que se presentó con valor animando con su voz, y suministrando los auxilios espirituales en el campo de batalla: igualmente lo han contraído los oficiales voluntarios D. Vicente Mármol, y D. Julián Corvera, que á la par de los míos permanecieron con denuedo en todos los peligros. Seguramente el valor e intrepidez de mis granaderos hubieran terminado en este día de un solo golpe las invasiones de los enemigos en las costas del Paraná, si la proximidad de las bajadas no hubiera protegido su fuga, pero me arrojo a pronosticar sin temor que este escarmiento será un principio para que los enemigos no vuelvan a inquietar a estos pacíficos moradores.
Dios guarde a V. E. muchos años. San Lorenzo febrero 3 de 1813.
Coronel José de San Martín

Evocaciones del combate


Monasterio de San Carlos, frente al campo de combate.
El legado del combate se preservó con las toponimias de tres localidades del Gran Rosario: Puerto General San Martín (por el victorioso general libertador, como muchos otros sitios de Argentina), Capitán Bermúdez (capitán del Regimiento de Granaderos, jefe del ala derecha en el ataque), y Granadero Baigorria (un soldado de Granaderos). La carretera que atraviesa las citadas localidades, Ruta Nacional 11, toma el nombre de Avenida San Martín al atravesar su zona urbana. También una gran avenida, San Martín, de Rosario lleva ese nombre y en el casco histórico de Rosario existe la Bajada Sargento Cabral, en homenaje a Juan Bautista Cabral.
El Convento de San Carlos Borromeo conserva los restos mortales de los combatientes muertos en una urna. Hay un Museo Histórico sobre el combate, con la celda ocupada por el General San Martín (que puede visitarse). En el exterior y frente a él, está el monumento conmemorativo del combate, y el Campo de la Gloria.[3] Detrás del edificio vive aún un viejo árbol bajo el cual San Martín redactó el parte de guerra referente al combate en cuestión.

Bajas patriotas

Cuarenta fueron las bajas producidas entre las tropas realistas, en tanto que las filas patriotas tuvieron 14 y fueron:
A ellos debe agregarse el Capitán Justo Germán Bermúdez, nacido en Montevideo, y que falleciera 14 días después, a consecuencia de las heridas recibidas en combate.[4]

 

.

Monumento conmemorativo del combate en el Campo de la Gloria.
texto extraído de Wikipedia al sólo efecto didáctico y de difusión de la cultura

5 ene 2012

Virgen del Pilar

La Virgen del Pilar es una advocación mariana católica, patrona de la Hispanidad (que no de España, aunque ese día se celebre la Fiesta Nacional) y de la Guardia Civil Española, venerada en la Basílica de Zaragoza (España) a la que da nombre.
La leyenda sobre sus orígenes se remonta al año 40, cuando, de acuerdo a la tradición cristiana, el 2 de enero la Virgen María se apareció a Santiago el Mayor en Caesaraugusta. María llegó a Zaragoza «en carne mortal» —antes de su asunción— y como testimonio de su visita habría dejado una columna de jaspe conocida popularmente como «el Pilar». Se cuenta que Santiago y los siete primeros convertidos de la ciudad edificaron una primitiva capilla de adobe en la vera del Ebro.[1] Este testimonio es recogido por un manuscrito de 1297 de los Moralia, sive Expositio in Job, de Gregorio Magno, que se custodia en el Archivo del Pilar. La devoción mariana comenzó en los albores del siglo XIII cuando comienzan las primeras peregrinaciones a Santa María la Mayor.
Sobre la iglesia mozárabe preexistente, se erige el templo románico del Pilar poco después de la conquista de Zaragoza por Alfonso I el Batallador (1118) que fue culminado en el siglo XIII.[2] En esta época se documenta en el templo una capilla primitiva para alojar el Pilar, según transmite Diego de Espés en 1240.[3] Para 1293 el templo se encontraba en tan mal estado que el obispo Hugo de Mataplana promovió la restauración del templo y su conversión en la colegiata gótico-mudéjar de Santa María la Mayor con recursos de una bula de Bonifacio VIII que por vez primera menciona la advocación «del Pilar».[4] Actualmente el único vestigio conservado del templo románico del Pilar es el tímpano de la iglesia, que ha sido colocado en la fachada sur de la basílica barroca.[5] [6]

Contenido

La imagen y su santuario

La Virgen en su camarín.
La talla de la Virgen en madera dorada mide treinta y ocho centímetros de altura y descansa sobre una columna de jaspe, resguardada esta por un forro de bronce y plata y cubierta por un manto hasta los pies de la imagen, a excepción de los días dos, doce y veinte de cada mes en que aparece la columna visible en toda su superficie. En la fachada posterior de la capilla se abre el humilladero, donde los fieles pueden venerar a la Santa Columna a través de un óculo abierto al jaspe.[7]
Se trata de una escultura de estilo gótico tardío franco-borgoñón de hacia 1435 atribuida a Juan de la Huerta imaginero de Daroca. En cuanto a su iconografía, se observa a María coronada y con túnica y manto, que recoge con su mano derecha, contemplando a Jesús niño que agarra el manto de su madre con la mano derecha y un pájaro con la izquierda. El rostro de la Virgen posee ternura y el niño puede haber sido objeto de una restauración poco cuidadosa.[7]
La Virgen del Pilar según cuadro de Ramón Bayeu (1780).
Probablemente fue una imagen donada por Dalmacio de Mur con el mecenazgo de la reina Blanca de Navarra, mujer de Juan II de Aragón, a raíz de la curación de una enfermedad que aquejó a la reina por entonces.[8]

Descripción y estilo

La imagen representa a la Virgen coronada y ataviada con un vestido gótico abotonado. Se trata de una vestidura ceñida por un cinturón con hebilla que llega hasta los pies y permite discretamente observar el derecho más que el izquierdo. Una gran pieza de paño cubre la cabeza y muestra un peinado ondulado. La mano derecha sostiene un pliegue de la ropa, que cubre todo su abdomen y la mayor parte de sus extremidades inferiores. El Niño Jesús se encuentra en la mano izquierda y mira desde atrás. Aparece desnudo e irradia inocencia. Su figura gira hacia la izquierda y su cabeza apunta al cinturón de la Virgen. La escultura de fábrica gótica se restauró en 1990 por el Instituto del Patrimonio Histórico Español, a iniciativa del Cabildo Metropolitano de Zaragoza.[7]
La Santa Columna está hecha de jaspe, tiene 1,70 metros de altura, un diámetro de 24 centímetros y un forro de bronce y plata. La tradición pilarista afirma que jamás ha variado su ubicación desde la visita de María a Santiago.[7]
El 24 de marzo de 1596 se recibió en el santuario del Pilar el obsequio de Felipe II, que consistía en dos ángeles de plata —obra de Diego Arnal— que sirven de guardia a la Virgen. Son los únicos elementos de la colegiata gótico-mudéjar de Santa María la Mayor que se conservan en la actual basílica barroca.[7]

Basílica de Nuestra Señora del Pilar

El Pilar. Vista desde el Ebro.
El templo se articula en tres naves, de igual altura, cubiertas con bóvedas de cañón, en las que se intercalan cúpulas y bóvedas de plato, que descansan sobre robustos pilares. El exterior es de ladrillo caravista, siguiendo la tradición de construcción en ladrillo aragonesa, y el interior revocado en estuco. La nave central se halla dividida por la presencia del altar mayor bajo la cúpula central. El altar está presidido por el gran retablo mayor de la Asunción, perteneciente a la colegiata gótico-mudéjar de Santa María la Mayor de Zaragoza, realizado por Damián Forment en el siglo XVI.[9] [10]
Bajo las otras dos cúpulas elípticas de la nave central, se dispuso la Santa Capilla de la Virgen del Pilar, y el coro y órgano, que también procedían de la colegiata predecesora. Actualmente el coro y órgano, se encuentran desplazados, al siguiente tramo, para dotar de mayor espacio los tramos del altar mayor.[11]

Historia

Orígenes

Primeros siglos

La comunidad cristiana de Caesaraugusta es una de las más antiguas de España, junto a las de Mérida, León y Astorga. Hacia 254 se documenta su existencia en el epistolario de San Cipriano. También consta que el obispo Valerio estuvo en el concilio de Elvira a inicios del siglo IV y que el Pilar muy probablemente fue sede del concilio antipriscilianista de 380.[9]
En el siglo IV destaca el canon VIII del Concilio de Antioquía —celebrado en la segunda mital del s. IV—, que establece la colocación de las imágenes religiosas sobre columnas o pilares. De lo cual deducen estudiosos como Mariano Nougués Secall y Manuel Aramburu que el hecho pudo haber estado inspirado por el conocimiento de la aparición de María a Santiago, aunque dicha tradición era muy popular en el paganismo.[12] De acuerdo a Francisco García Palacios, en este siglo el obispo Atanasio de Zaragoza, discípulo de Santiago, ya utilizaba los símbolos del cristianismo primitivo como el agnus dei.[13]
Hacia 1608 se descubrió en una pared contigua a la Santa Capilla medieval la tumba de un diácono de nombre Lorenzo, que aparentemente habría fallecido en julio de 196. Siguiendo la teoría de Aramburu —aunque Juan Francisco Andrés de Uztarroz puso en duda que el epígrafe de la tumba hubiese sido escrito en las postrimerías del siglo II—[14] la capilla pilarista funcionaba activamente en 196 y contaba ya con varios diáconos ordenados.[15] Del siglo II datarían también las comunicaciones subterráneas de la iglesia del Pilar con varios sitios de la ciudad cesaraugustana. En 1718, al desmontar la primitiva plaza del Pilar, se descubrieron comunicaciones entre una casa particular y el templo.[16] Se cree que fueron construidas circa 130, cuando los judíos comenzaron a utilizar las catacumbas para practicar su religión perseguida por Adriano, táctica que poco tiempo después adaptarían las primitivas comunidades cristianas.
Para estudiar el siglo III existe mayor diversidad de documentos que aportan información a la historia del Pilar. Se tiene constancia de que el obispo Valero de Zaragoza edificó un salón anejo al templo conocido como la «sala valeriana».[17] También se discute la existencia de la capilla del Pilar durante las persecuciones de Diocleciano, aunque numerosas fuentes indican que testigos visitaron el templo durante aquellos años, como Caledonio, obispo de Braga.[18]

El bajo imperio

Venida de la Virgen, por Pablo Serrano (fachada de El Pilar).
En noviembre de 380 se convocó a un concilio nacional en la ciudad de Zaragoza, presidido por el obispo Valerio II de Zaragoza. El acta del concilio es firmada por doce obispos. Se infiere que esta catedral tenía representadas, en pintura o en bajorrelieve, veinticuatro escenas del Antiguo Testamento y el mismo número para el Nuevo Testamento. En el arco fronterizo figuraba el Pantocrátor y los veinticuatro ancianos.[19]
Aparentemente, el poeta tardorromano Aurelio Prudencio redactó una oda a los mártires de Zaragoza entre 380 y 395. De acuerdo a algunas interpretaciones, en una de las estrofas de su composición alude al templo del Pilar como «templo» y «casa llena de ángeles».[20] Sin embargo, Juan de Arruego, Antonio de Nebrija y Lupercio Leonardo de Argensola, cada quien por su cuenta, desecharon esta teoría al afirmar que Aurelio Prudencio se refería a toda la ciudad de Zaragoza y no al Pilar en particular.[21] Cualquiera que haya sido el caso, es seguro que para el siglo IV la capilla del Pilar había sido ampliada y contaba con espacio suficiente para albergar a los dieciochos mártires que, según la tradición, murieron durante las persecuciones en los albores del siglo IV.[22]
El mismo Prudencio fue comisionado para escribir glosas sencillas a algunas escenas del templo, pero al colocar la explicación al Santo Pilar redactó algo insólito: «la Columna (atado) a la cual fue flagelado el Señor».[23] Gracias a este testimonio autores como Lupercio Leonardo de Argensola, Diego Murillo, Manuel Aramburu y José Félix de Amada especularon que la Santa Columna podía ser la que sirvió para atar a Cristo en la flagelación o que incluso era una porción de ella. Al respecto escribió Lupercio:
Dicen que el Pilar que vemos en la santa Capilla fue traído por los ángeles. Siendo así como la tradición asegura, habemos de dar alguna causa digna de que tales ministros lo trajesen y de que la Virgen se pusiese sobre él; pues ¿qué causa más verosímil que haber sido aquel en que Nuestro Señor Jesucristo fue azotado? Yo así lo oí predicar siendo niño al padre Govierno.
Daniel Lasagabáster Arratíbel, Historia de la Santa Capilla de Nuestra Señora del Pilar, Zaragoza (Reyes de Aragón, 5): D. Lasagabáster, 1999, pág. 201. ISBN 84-605-8648-0.
Otro testimonio sobre la veneración a la Virgen en los tiempos del bajo imperio es uno de los bajorrelieves del sarcófago de Santa Engracia, donde se representa el descenso de los cielos de la Virgen para entrevistarse con Santiago. Se conoce desde el siglo IV.[24]

Los visigodos

Véase también: Hispania visigoda
Braulio de Zaragoza, por Bartolomé Bermejo (s. XV).
Con la llegada de los visigodos a Hispania se suscitaron numerosos conflictos religiosos entre las dos principales doctrinas de la época: el arrianismo y el catolicismo romano. Gracias a los Concilios de Toledo, a la conversión del rey Recaredo y a mártires como San Hermenegildo, paulatinamente el reino visigodo experimentó una transición unificadora hacia el catolicismo.
Se ha puesto en duda la supervivencia de la capilla del Pilar en el siglo V, debido a las severas invasiones sufridas por Hispania en la época.[25]
Existen testimonios que afirman que en 542 la estola de San Vicente, resguardada en el Pilar, fue llevada en procesión hasta París, donde Childeberto la requirió en agradecimiento por haber levantado el cerco de la ciudad.[26] Asimismo, se relata que en esta centuria fue muy común la denominación de «basílica de San Vicente» para el templo del Pilar.[27]
En el siglo VI se atestigua también el uso de la misa propia de la Virgen del Pilar, que había utilizado desde 368 el misal mozárabe. También se conoce un documento fechado en 645 por Chindasvinto —una donación— donde se menciona el templo del Pilar como fundado por el apóstol Santiago. Por último, en este siglo ocupó la cátedra zaragozana el obispo San Braulio, documentado como obispo entre 626 y 651 y cuya tumba se encontró en el Pilar en 1290. Se encuentra sepultado cerca del altar mayor.[28] [29]
Durante las últimas décadas de la dominación visigótica, la sede episcopal de Zaragoza y el templo del Pilar alcazaron su mayor esplendor. Braulio de Zaragoza es la figura señera de estos años, aunque, de acuerdo a Daniel Lasagabáster, existe cierta extrañeza porque Braulio jamás comentó en sus textos la existencia del edículo y la tradición pilarista.
Duchesne esgrimió este argumento contra la predicación de Santiago. Z. García Villada lo aplica a la Visita de la Virgen a Zaragoza. Lo considera importante ya que callan el hecho de la aparición Idacio, Orosio, Juan de Viclara, S. Isidoro de Sevilla, S. Ildefonso de Toledo, S. Braulio y Prudencio, que parece debían registrarlo. Y añade: «Causa extrañeza el que Braulio no aprovechara cualquier ocasión para escribir algo sobre un acontecimiento tan glorioso como el de la Virgen del Pilar». Aquí está precisamente el error de García Villada. En el siglo VII el objeto de la tradición pilarista se centraba en un edículo insignificante de 4 x 2 m, situado en descampado donde se echaban desperdicios, lugar inhóspito fuera de las murallas. ¡Qué tenía que decir Orosio sobre este edículo!
Daniel Lasagabáster Arratíbel, Historia de la Santa Capilla de Nuestra Señora del Pilar, Zaragoza (Reyes de Aragón, 5): D. Lasagabáster, 1999, pág. 189. ISBN 84-605-8648-0.

Dominación musulmana

Plano de Saraqusta. La zona marcada en rosa cercana al río Ebro corresponde al asentamiento de la iglesia del Pilar.
En 716 los musulmanes capturaron Zaragoza y la nombraron Saraqusta. Asimismo, aunque importaron su religión y construyeron la mezquita mayor de Saraqusta al Baida, «Zaragoza la Blanca», una de las más antiguas de Al-Ándalus,[30] la religión cristiana fue permitida y el Pilar se convirtió en uno de sus baluartes. Durante aquella época, según las crónicas, se formó incluso la Cofradía de la Bienaventurada Virgen María del Pilar. Arruego señala que en el siglo VIII, cuando inicia la islamización en Zaragoza, la catedralidad pasó al templo del Pilar.[31]
En el siglo IX se hace mención de los obispos Sénior, quien trasladó al Pilar el cadáver de San Vicente, y Eleca, participante de numerosos concilios y personaje relevante en el cristianismo español de dicha centuria.[32]
Es aquí cuando Aimoino escribe su Historia del traslado de San Vicente, donde describe la iglesia mozárabe del Pilar en el mismo emplazamiento del templo barroco. En torno a ella se congregaba la comunidad cristiana de Zaragoza.[33]
Hacia 985 el barcelonés Moción, hijo de Froya, hace una donación a la iglesia mozárabe de Santa María la Mayor y a las Santas Masas de Zaragoza. En su testamento heredaba cien sueldos «ad Santa Maria». El pergamino se conserva en el archivo de la Archidiócesis de Barcelona. Este testimonio permite afirmar que el templo pilarista existía desde la época visigótica, pues, a pesar de la tolerancia religiosa islámica, no se permitía construir nuevas iglesias.[34]

 Edad Media

Siglos XII-XIV

Las capitulaciones firmadas el 18 de diciembre de 1118, luego de la conquista de Zaragoza, otorgaban a los musulmanes ciertas concesiones entre las que se incluía el plazo de un año para abandonar la ciudad e instalarse extramuros, y practicando su religión.[35] Alfonso el Batallador le otorgó el patronazgo de la capilla del Pilar a Gastón IV de Bearn, adalid de la toma de Zaragoza.[36] De acuerdo a Lasagabáster, el hecho de que los dos encargados del Pilar tras la conquista, Pedro de Librana y Gastón IV, fueran franceses, es una prueba de que la devoción pilarista era ya bastante conocida en Europa.[37] [38]
Pedro de Librana fue nombrado obispo de Zaragoza, y al constatar el lamentable y ruinoso estado del templo de Santa María, extendió la siguiente carta:
Habéis oído contar (audivistis) con suficiente detalle que con la ayuda del cielo, alcanzada con vuestras oraciones, y el arrojo de los esforzados combatientes ha sido conquistada la ciudad de Zaragoza por las armas cristianas y que ha sido liberada la iglesia de la bienaventurada Virgen María, después de haber permanecido durante mucho tiempo sujeta ¡oh dolor! al dominio de los infieles sarracenos. De antaño sabéis (novistis) que esta iglesia es prevalente (pollere), antecede a todas por su bienaventurada y antigua nombradía de santidad y dignidad. Sin embargo, debo daros a conocer que ahora, como consecuencia de la triste cautividad anterior, carece de todo lo necesario. Sabed que se halla en estado ruinoso por la falta de reparaciones durante el largo cautiverio y que carece de todo. No se cuenta con medios para restaurar sus destrozados muros y reponer los ornamentos. Los clérigos que día y noche se dedican allí al servicio divino no disponen de vivienda ni de medios de subsistencia. Acudimos, pues, suplicantes a vuestra benevolencia a fin de que, si corporalmente no la podéis visitar, al menos la visitéis con la generosa oblación de vuestras limosnas. (...) A los que se compadezcan de esta iglesia, privada de los recursos más necesarios y, condoliéndose de los gemidos de su pobreza, entreguen un denario, o lo que puedan, para su restauración, nosotros, confiados en la divina clemencia, en la autoridad del papa Gelasio, del arzobispo de Toledo y de todos los obispos de España, les concedemos indulgencia plenaria. Los demás conseguirán la remisión de sus pecados en conformidad a la cuantía de sus limosnas y al mérito de sus buenas obras. Aquellos que ofrezcan hospitalidad a nuestro arcediano Miorrando y acompañantes, portadores de nuestra carta, consigan de Dios la vida eterna.
Daniel Lasagabáster Arratíbel, Historia de la Santa Capilla de Nuestra Señora del Pilar, Zaragoza (Reyes de Aragón, 5): D. Lasagabáster, 1999. ISBN 84-605-8648-0.
Tímpano de la iglesia románica.
Así, entre 1119 y 1120 el arcediano Miorrando recorrió varias diócesis de España, Italia y Francia en busca de donativos para restaurar la capilla pilarista. De acuerdo a los testimonios escritos debe haber obtenido una generosa suma que le permitió a Pedro de Librana emprender cuanto antes las tareas que había señalado.[39]
Es en el siglo XII cuando el Pilar recibe numerosos obsequios que atestiguan la existencia de la tradición pilarista durante la dominación islámica.[40] El más destacado es el olifante de Gastón IV de Bearn, donado por su viuda Talesa de Aragón y resguardado en el Museo del Pilar. En 1138 se fundará la primera congregación de agustinos. Seis bulas de los papas Eugenio III, Alejandro III y Celestino III otorgan importancia al Pilar de Zaragoza.[41] De igual modo, el templo fue favorecido por los reyes de Aragón —tanto de la Casa de Aragón como de la Casa de Trastámara— desde Ramón Berenguer IV hasta el rey Fernando II, así como Alfonso VII de León y Sancho II de Navarra. Así, el Pilar se convierte en un prestigiado y reconocido templo de culto mariano.[9]
Ya en el siglo XIII la tradición pilarista se difunde por toda España y poco después se funda la primera cofradía. Es importante señalar que el pueblo aragonés ya conocía a la Santa Capilla como «Santa María del Pilar»,[42] aunque el templo en el que se asentaba era llamado «de Santa María la Mayor». Hasta bien entrado el siglo XV se empleará el título de «Santa María la Mayor y del Pilar».[43]
Para 1261 fuertes riadas dañaron severamente la estructura del templo románico de Santa María. En 1291 el recién llegado obispo Hugo de Mataplana decidió emprender la restauración de la iglesia y su conversión al estilo gótico, tan en boga durante aquellos años.[44] En marzo de 1293 ordena al canónigo obrero idear una solución para mejorar el estado del templo pilarista. A este hecho se le considera el fin del templo románico y el inicio de la historia de la colegiata gótico-mudéjar.[45] En 1296 Hugo de Mataplana viajó a la Santa Sede para obtener el apoyo del papa Bonifacio VIII. Aunque Mataplana falleció estando en Roma, el pontífice expidió poco después la bula Mirabilis Deus, para acicatear al pueblo a colaborar en las obras de restauración del Pilar de Zaragoza.[46]

 Siglos XIV-XVII

En 1318 un documento de Juan XXII menciona a Santa María la Mayor de Zaragoza como «edificada por Santiago en el año 40» y también afirma que dicho templo es el más antiguo de España. Sin embargo, incurre en un error bastante común: señalar que la colegiata fue edificada en 40 cuando su construcción data de varios siglos después. Pero este dato permite conocer que para los canónigos la Santa Capilla y el templo gótico formaban parte de un solo conjunto.[47]
De acuerdo a fuentes de la época, la reina Blanca de Navarra, esposa de Juan II el Grande, experimentó una curación milagrosa atribuida a la Virgen del Pilar y en agradecimiento marchó al santuario en julio de 1434.[48]
Entre 1434 y 1435 se originó en la sacristía del claustro un incendio que arrasó con varias joyas y con el retablo de alabastro del templo. Es aceptada casi unánimemente la teoría de que el camarín de la Virgen y el Santo Pilar resultaron indemnes del siniestro. No existen indicios de que el fuego haya alcanzado a la colegiata gótica.[49] La imagen que hoy se venera de la Virgen del Pilar, elaborada en estilo gótico tardío por una imaginero de Daroca, muy probablemente fue una donación de la reina Blanca y del arzobispo Dalmau de Mur.[8] En este siglo continuaron las concesiones al Pilar, otorgadas por Juan II y su hijo Fernando II.[50]
Los fieles y la nobleza de Aragón colaboraron en las obras para restaurar los daños del incendio. Las paredes fueron cubiertas con bajorrelieves que representaban la aparición de la Virgen a Santiago. También se emprendió la construcción de un nuevo retablo, «de alabastro, de los más claros y transparentes que he visto, donde hay algunas figuras de bulto muy bien labradas, puestas dentro de sus nichos y el semblaje y lo demás del retablo hecho con gran primor. Acompañan a todo esto otras molduras y figuras pequeñas de alabastro, que están en lo restante de la pared a una parte y a otra».[51]
Detalle de la iglesia mudéjar en 1563 según Antonio de las Viñas.
El arzobispo Alonso de Aragón, hijo de Fernando el Católico, fue el responsable de transformar la iglesia en estilo gótico y a él se debe el magnífico retablo tallado por Damián Forment (1512-1518).[52] En el siglo XVI la Casa de Austria entró a gobernar en España y continuó la tradición de la dinastía aragonesa de otorgar privilegios y protecciones al santuario del Pilar.[53] En 1530 la decisión de Clemente VII de exceder la jurisdicción episcopal del Pilar generó un conflicto interno en los arzobispados locales.[54] La Seo interpuso un pleito por la catedralidad que fue resuelto hasta 1676, cuando Clemente X fusionó los cabildos de la Seo y del Pilar, con lo que dio origen al Cabildo Metropolitano de Zaragoza.[55]
Ya entrado el siglo XVI la iglesia gótica experimenta su transformación al estilo mudéjar. En esta centuria ocurren hechos de trascendencia para el templo, como la construcción de una bóveda estrellada de crucería flamígera llena de florones relucientes de oro (1504-1515), a semejanza de las que adornaban el Palacio de la Aljafería.[56]
Damián Forment fue contratado en 1509 para edificar un nuevo retablo de estilo gótico, cuyas obras comenzaron en 1510 al desmontarse el anterior retablo. Construida entre 1512 y 1518, este retablo se considera una de las obras más logradas de la escultura del Renacimiento en Aragón.[57]
Retablo de la Asunción, construido por Forment.
También hubo reparaciones en la Santa Capilla, donde se cambió la verja del presbiterio por el cerrajero maestro Pedro de Escalantes, que creó una verja balaustrada y estañada con apariencia de platería rematada con festones dorados. Tenía la misma altura que la nave. La verja de hierro que cerraba la entrada al camarín de la Virgen fue sustituida en 1644 por el príncipe Baltasar Carlos de Austria.[58]
Esteban de Obray, Juan de Moreto y Nicolás Lobato, construyeron el coro de la iglesia entre 1542 y 1548. La sillería de tres hileras de sitiales superpuestos en forma de grada y dispuestos en planta semicircular posee trabajos taraceados con incrustaciones de boj amarillo.[59] De los 138 sitiales originales solo quedan 124, pues algunos han sido reubicados en el presbiterio del altar mayor. La sillería del Pilar es mucho más grande que la de la mayoría de las catedrales de España.[60] Se conserva en la actual basílica barroca, pues fue reubicada en 1716.
El 29 de marzo de 1640 ocurrió el suceso conocido como Milagro de Calanda, pues el cojo Miguel Pellicer afirmó que por intercesión de la Virgen del Pilar le fue restituida la pierna derecha, que había perdido en un accidente. El hecho obtuvo gran relevancia en todo el reino, y el 27 de abril de 1641 se dictaminó como milagro.[61] [62] Ya el 27 de mayo de 1642, el municipio de Zaragoza proclama patrona de la ciudad a la Virgen del Pilar.[63]
La devoción a la Virgen del Pilar se había extendido por toda España, y en 1678 el virrey Pedro Antonio de Aragón llamó a Cortes en nombre del rey Carlos II, a fin de declarar a la Virgen como patrona de Aragón.[64]
Varios templos barrocos se habían edificado en el siglo XVII en Zaragoza. En 1670 Juan José de Austria promovió la renovación del Pilar en estilo barroco. Felipe Sánchez obtuvo el triunfo en el concurso celebrado por el cabildo de Zaragoza para el proyecto de la nueva basílica. A la cabeza del proyecto se situó Francisco de Herrera el Mozo y la primera piedra se colocó el 25 de julio de 1681 por el arzobispo Diego de Castrillo.[65]

De 1681 a la fecha

El templo barroco

La Basílica del Pilar en 1806.
A pesar de que la Guerra de Sucesión Española trastocó los planes del nuevo edificio, para 1716 se reubicó en su totalidad el retablo y la sillería de la colegiata mudéjar. El 11 de octubre de 1718 se inauguró el templo barroco de Nuestra Señora del Pilar.[66]
En 1750, después de varios proyectos de reforma que jamás se llevaron a cabo, se acepta el plan de Ventura Rodríguez para edificar la capilla barroca del Pilar. El 6 de octubre de 1751 Rodríguez recibe el visto bueno de Fernando VI y desde el 2 de noviembre de ese año, cuando se destruyó la capilla medieval, comenzaron a ejecutarse las obras, que se prolongaron hasta el 12 de octubre de 1765. La mayor parte de la construcción fue sufragada por el obispo Francisco Ignacio de Añoa y Busto y por el pueblo zaragozano, que en ocasiones donaba su trabajo sin pago alguno.[67]
Entre 1863 y 1872 el obispo Manuel García Gil promovió la culminación de la cúpula central, que se finalizó en 1869. El programa iconográfico fue renovado gracias a Bernardino Montañés y Félix Burriel, que decoraron varias cúpulas del templo. Finalmente, durante las Fiestas del Pilar de 1872, se consagró la basílica.[68]

Los Sitios de Zaragoza

Fachada este del Pilar, dañada durante el segundo sitio de Zaragoza.
Los estragos causados por los franceses durante los Sitios de Zaragoza causaron que el pueblo incrementara notablemente su devoción hacia la Virgen, pues incluso gran cantidad de defensores de la ciudad llegaron a dormir dentro del tabernáculo de la Virgen. A pesar de que una bomba fue arrojada cerca de la capilla de San Juan no produjo daño alguno, aunque el 8 de febrero de 1809 dos bombas cayeron cerca de la cúpula de la sacristía mayor y de la capilla de Santa Ana, y en el acto pereció una cantidad indeterminada de personas alojadas en la Basílica. Dos días después una bomba de doce arrobas cayó cerca de la capilla de San Antonio, pero no logró explotar.[69]