María Reiche llegó al Perú en 1932. Se instaló en el Cusco, donde la esperaba la familia Tabel, que la contrataría como educadora de sus hijos. En el camino María quedó impresionada con la belleza de los paisajes andinos; no había visto jamás algo parecido y lo tomó como un primer regalo que le hacía este país.
Durante el tiempo que estuvo en el Cusco compartió su trabajo de educadora con la visita a distintos parajes andinos, que disfrutaba de sobremanera.
Después de dos años de su llegada al Perú, María decidió establecerse en Lima, donde puso un aviso en el periódico ofreciendo sus servicios como profesora de alemán. La primera en solicitar este servicio fue una dama inglesa llamada Amy Meredith, quien era dueña de un importante salón de té limeño, a donde acudían importantes personalidades de la intelectualidad y sociedad peruana.
Entregada a sus investigaciones, descubriendo nuevos dibujos y tratando de encontrar un patrón de medida, María publica su libro "El Misterio de las Pampas", el cual tuvo mucho éxito y le permitió editar una versión en inglés.
María estaba sola en su lucha por preservar tan grandioso documento cultural. Los turistas atraídos por el enigma que representan las "líneas de Nasca", comenzaron a ingresar a las pampas, y a deteriorarlas. Sin embargo, en 1970, el Instituto Nacional de Cultura declaró las Pampas de Nasca como zona protegida.
En 1993 a sus 90 años, presa ya de la ceguera y la enfermedad de Parkinson que padece, publicó su libro "Contribuciones a la Geometría y la Astronomía en el Perú Antiguo" que recoge 40 años de artículos y manuscritos de sus investigaciones. Hoy a sus 94 años, aún está preocupada por lo que suceda con las pampas.
El trabajo de esta admirable "Dama del Desierto" no está todavía concluido. El cuidado y la conservación de este tesoro peruano es el mejor homenaje a su incansable y brillante labor.
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