19 ene 2011

Historia ancestral MAAM

Fachada Museo MAAM - Salta

El MAAM (Museo Arqueológico de Alta Montaña) ubicado en el centro de la ciudad de Salta, contiene entre su valiosísimo patrimonio, los cuerpos de tres momias.
Quinientos años debieron esperar en el volcán Llullaillaco, en las tumbas más altas del territorio del Tawantinsuyu,  para que la humanidad supiera de ellas.
La "Doncella", una joven que los incas ofrendaron a sus dioses y que fuera hallada en 1999, debió pasar, junto a las otras dos momias de niños, un tiempo dedicado a la investigación y conservación antes de su traslado.
La Doncella tiene las pìernas cruzadas, el rostro pintado de rojo y las vestimentas en tonos marrones.
Ella se expone con absoluto respeto por la cultura y el hombre mismo, en un ámbito que preserva las condiciones climáticas del volcán. Se escucha muy suavemente percusión e instrumentos de viento que nos lleva en el imaginario a vientos de altura, logrando compenetrarnos en la narración museológica que el MAAM nos propone.
Los otros niños, de poco más de seis años, La Niña del Rayo y El Niño, de siete años con túnica gris, apoyado sobre sus rodillas.
Ellos fueron llevados en ofrenda a sus dioses en la ceremonia de Capacocha, realizada por los incas.
Fue Johan Reinhard, un antropólogo norteamericano quien encabezó la expedición de catorce personas (dos norteamericanos, seis argentinos y seis peruanos) que se encontraban en un campamento a 4.900 metros sobre el nivel del mar, llegando hasta los 6.000 para seguir relevando sitios. Una tormenta hizo que el equipo resistiera, descubriendo, diez días después, a 6.700 metros, tres figuras de llamas y medio metro más abajo, el cuerpo del Niño; tres días después, el de la Doncella y luego el enterratorio de la Niña del Rayo.
Junto a las momias, se encontraron también manifestaciones de ofrendas de la riqueza del pueblo inca: tejidos en telar, semillas, figuras de llamas en alpaca, muñequitos de plata, entre otros.
Visitarla, conocerla, pasar junto a ella en el espacio que la contiene, nos promueve a el respeto más profundo, por esa sociedad que, en su cultura, ofrecía a sus niños elegidos para bien de todos.
Quiero destacar, la labor intensa que la Directora del MAAM, la Arqueóloga Gabriela Recagno, con quien compartí muchos años en el Museo Marc de Rosario (Provincia de Santa Fe, Argentina), cada una en su área, es la persona idónea, de un profesionalismo digno de destacar, que promueve la investigación, la museología, la museografía, los movimientos de público, lleva adelante uno de los museos más importantes del país.

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