En el marco que brinda la legislación vigente, en general, podemos encarar la protección del Patrimonio Cultural y Natural.
La Legislación vigente nos indica, muchas veces la identificación, guarda y protección de los bienes. Me pregunto cuán difícil es para una comunidad "seleccionar, elegir, diferenciar" cuáles son los bienes que serán motivo de marco referencial para el disfrute de todos.
¿Cuál elegimos, cuál desechamos?. Qué difícil es, entonces, para los pueblos tomar decisiones que ameriten dejar de lado, por expresarlo de alguna manera, aquellos bienes que no serán elegidos.
Mi pregunta hace mención, claramente, al compromiso que tenemos los ciudadanos, las comunidades, de conocer los bienes, porque conociéndolos podemos valorarlos, es lo que permite tener viva la memoria de los pueblos, es la herramienta fundamental para su reconocimiento, es la acción que aborda el sentimiento de pertenencia.
La elección, la apreciación de aquellos bienes culturales y naturales que el hombre señala como propios es el modo de marcar que ésto somos, que este ámbito nos identifica, y debemos protegerlo y trasnferirlo como identitario.
La difusión, asimismo, nos conduce a mantener vigente la memoria, a transferirle a quienes nos continúan, que estos valores y no otros, son, fueron, los que convivieron con una comunidad determinada en un tiempo establecido.
La querencia aparece con el conocimiento. El conocimiento nos permite darle valor a los bienes. Con el valor incorporado podemos cuidar y difundir para asegurarnos su permanencia.
Es deber de todos comprometernos a conocer y valorar nuestras cosas y nuestros territorios.
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