8 dic 2010

Sobre el Patrimonio Ferroviario

Respecto del Patrimonio en general, y sobre el Patrimonio Ferroviario en forma particular, creo importante que los ciudadanos tomemos conciencia en relación a los derechos y deberes que tenemos sobre ellos. Debemos impulsar el compromiso conjunto para su preservación y conservación, para el disfrute de todos, ahora y después.
En un país tan extenso como la República Argentina, el medio de transporte ha sido el caballo. Con él se arreaban carretas y luego diligencias.
Con la aparición del ferrocarril, los espacios se acotan, se innova, se facilitan los acercamientos entre personas y bienes.Comienza una etapa de unidad territorial, donde el vasto desierto no obstaculiza la comunicación.
El tren cumple no sólo una función laboral, entendiendo ésta como la posibilidad de transportar objetos desde el lugar de recolección o producción a los sitios de consumo, sino también, social. Los trenes se visten de fiesta con lujosos comedores, camarotes confortables y posibilidad de traslado de butacas a mesas para lectura y juego de cartas, como así también, la charla amena entre los pasajeros.
¿Qué pasó entonces si era tan positiva su existencia?. Con la depresión de los años 30, en todo el mundo los ferrocarriles empezaron a disminuir su tránsito. Los costos de mantenimiento se elevaron y lo hicieron poco rentable y, aparece, el automotor.
Luego de su nacionalización, que fue objeto de adhesiones y críticas, durante los años 70, empieza el desguace de los mismos provocando serios daños a la preservación del conjunto histórico al que pertenece el ferrocarril.
Los bienes muebles que lo forman, como farolas, documentos, campanas, linternas, vajilla, etc., pertenecen hoy a colecciones privadas y estos objetos se comercializan en ferias y anticuarios en todo el país.

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